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Un acuerdo histórico

FRANCISCO J. REYES SÁNCHEZ, FINANZAS CORPORATIVAS
26/07/2020

El pasado martes, de madrugada, se alcanzó el deseado acuerdo que marcará la historia de la Unión Europea en los próximos años. Las negociaciones se extendieron hasta alcanzar las 90 horas, en las que ningún país resultó perdedor, todos cedieron y arrimaron el hombro a favor del proyecto europeo. Después de cinco días de reuniones y con la difícil oposición que suponían los “países frugales” se ha conseguido dar un paso enorme para encaminar la reconstrucción de las economías europeas más dañadas.

La principal de las cuestiones que debía discutirse era el monto total del llamado Fondo Europeo de Recuperación: sorprendentemente la cifra quedó inmóvil en el importe del que partían las negociaciones, 750.000 MM €, la misma que Macron y Merkel acordaron defender en su reunión del pasado mes de junio en Messeberg. Dicha reunión demuestra ahora la enorme labor que venían realizando estos dirigentes en su afán de defender el proyecto común, encabezando las negociaciones con algunos de los principales gobiernos, con el objetivo de alcanzar un principio de acuerdo antes de la cumbre. En ésta, también se pretendía establecer el presupuesto para el período 2021-2027, finalmente se situará en más de 1 billón de euros y pretende, entre otras cosas, apoyar la inversión en las transiciones digital y energética.

Una vez acordado el importe total del fondo de recuperación, quedaba discutir qué proporción iría en forma de subsidios y qué proporción en forma de préstamos. Finalmente, de los 750.000 MM, 390.000 MM serán a fondo perdido, cifra considerablemente inferior a los 500.000 MM que apoyaban España, Italia, Francia y Alemania, pero que suponen un balón de oxígeno para las economías más castigadas por la crisis sanitaria. Hasta el pasado domingo, los cuatro “frugales”, Holanda, Suecia, Dinamarca y Austria, eran reacios a incluir ayudas directas en el fondo y había sido imposible un acuerdo de recuperación, en gran parte por su exigencia en rebajar el nivel de subsidios, situando su máximo en 350.000 MM.

También es muy relevante la manera en que se ha acordado captar estos fondos y supone todo un hito en la historia de la UE: por primera vez, se ha aprobado emitir deuda de forma mancomunada en los mercados de capitales internacionales, para financiar un programa de transferencias directas a países miembros en dificultades. En el caso de España le corresponderían 140.000 MM (72.700 MM como subsidios), pero para acceder a ellos se debe trabajar en definir los objetivos de los mismos y coordinar todo el entramado de agentes implicados en su gestión. Además, se debe ser capaz de presentar las propuestas oportunas bajo los requerimientos de los 27, ya que estas deberán ser aceptadas por la Comisión y sólo entonces se podrán disponer de las ayudas. Evidentemente hay condiciones, Holanda peleaba por el derecho de veto pero finalmente no ha sido aceptada su propuesta. Únicamente la Comisión será la encargada de supervisar la correcta disposición de los fondos, que deberán centrarse en tres pilares: transición hacia una economía sostenible, digitalización y resiliencia. Todo esto, enfocado a largo plazo, tal y como pide Europa.

Está claro que en España se requiere implementar reformas en ámbito fiscal, el sistema de pensiones, el modelo educativo y por supuesto el mercado laboral. Estas reformas estratégicas supondrán un gran impacto en el largo plazo, tanto en lo económico como en lo social, y serán claves para el devenir de nuestro país. Para diseñar estos proyectos y presentarlos a Europa, se debe trabajar entre todas las partes involucradas de manera unificada por un futuro común. Se trata de la oportunidad para reinventar de alguna manera el país y mejorarlo a futuro, permitiendo corregir algunos desequilibrios que han sido estructurales. Conviene aprovecharla y hacerlo bien.