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Semáforo del BdE: Riesgo de Mercado

JOHANNA PRIETO Finanzas Corporativas en Cross Capital

 

6-11-2016

 

 

Cerrando el ciclo que comenzábamos semanas anteriores donde hablábamos de los diferentes riesgos y variables relevantes a tener en cuenta a la hora de gestionar la tesorería, nos viene al hilo las advertencias que incorpora el Banco de España en su último Informe de Estabilidad Financiera publicado hace escasos días. En el mismo, además de identificar como uno de los principales riesgos de la economía española la baja rentabilidad del negocio bancario en un entorno de tipos de interés muy reducidos, con un volumen de actividad bancaria en descenso y un nivel de activos no productivos elevados, situación que merecerá especial atención y análisis en semanas posteriores, señala el riesgo para la economía española derivado de la caída de precios de los activos financieros, tanto en valores de renta fija como de renta variable, es decir, riesgo de mercado.

 

Sintetizando, recordemos que el riesgo de mercado o también conocido como riesgo precio , no es más que el riesgo de que un activo disminuya su valor debido a cambios en las condiciones del mercado, tales como variaciones en los tipos de interés y de cambio o fluctuaciones en los precios de valores y productos. Es decir, el precio de cualquier activo financiero, como por ejemplo una acción, dependerá no sólo de la percepción y expectativas de crecimiento, y por tanto, capacidad de pago de esa empresa (riesgo de crédito), si no de las condiciones económicas y de mercado del entorno económico y economía en la que se encuentre. Se conoce igualmente como riesgo sistemático o no diversificable (beta), ya que procede de las variaciones del conjunto del mercado.

 

A pesar de la incertidumbre generada por ciertos acontecimientos geopolíticos, gracias en parte al apoyo adicional de las políticas monetarias, la evolución reciente de los mercados financieros, tanto nacionales como internacionales, se ha venido caracterizando por una relativa estabilidad. Estabilidad que ponen de manifiesto los niveles reducidos de volatilidad en la renta fija y variable, caídas generalizadas en las primas de riesgo y niveles mínimos de rentabilidad de la deuda pública y privada. No obstante, el Banco de España alerta de que el deterioro de las perspectivas de crecimiento de la economía internacional y nacional, en un contexto marcado por ciertos hitos como la negociación pendiente para la salida del Reino Unido, las próximas citas electorales, las cuestiones migratorias y de seguridad, los ajustes del déficit público y reformas estructurales, pueden producir un cambio en las expectativas y  actitud de los agentes frente al riesgo, aumentando la prima de riesgo, lo que traería una caída en las cotizaciones del precio de los activos.

 

Resulta evidente así, que a medida que continúe incrementándose la posibilidad de materialización de los riesgos para el crecimiento económico identificados, el impacto en la cotización del precio de los activos será mayor, para el conjunto de todos los sectores económicos, aumentando con ello la complejidad en la gestión de activos.