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Europa se va de “shopping”

AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

18-09-2016

Se estima que el mercado global de semillas mueve cada año alrededor de 57.000 millones de euros, previéndose un aumento hasta los 88.000 millones de euros para 2020. Este crecimiento está impulsado principalmente por factores como el aumento de la población mundial, el aumento del consumo de pienso para animales y la necesidad creciente de productos tales como los aceites vegetales. El aumento de la conciencia entre los agricultores acerca de los beneficios de la semilla de alta calidad, también está ayudando a impulsar el mercado. Otro factor importante, es la creciente demanda de biocombustibles, que a su vez está ejerciendo presión sobre el sector de la agricultura para aumentar la producción de cultivos como el maíz, siendo éste segmento especialmente polémico pues, el cultivo transgénico de este alimento impide la coexistencia con el cultivo tradicional.

Monsanto es una empresa estadounidense especializada en semillas transgénicas. Este tipo de semillas poseen como rasgo más característico la tolerancia a herbicidas, seguido de la resistencia a insectos. Si bien fue en mayo cuando Bayer, la empresa químico-farmacéutica alemana, archiconocida por ser la propietaria de la aspirina, hizo pública una oferta para adquirir Monsanto, ha sido este miércoles cuando se ha confirmado la operación. Esta transacción permitirá a Bayer poseer más de un 25% de la cuota del mercado mundial de semillas y pesticidas, por no mencionar que es la mayor adquisición de la historia de una empresa alemana (58.000 millones de euros), relegando a segunda posición la histórica compra de Chrysler en 1998 por parte de Daimler, la cual se valoró en más de 36.000 millones de euros.

Lo cierto es que este sector lleva desde 1985 sumido en una espiral de fusiones y adquisiciones, cuando las 10 principales compañías controlaban el 12,5% del mercado mundial. A día de hoy, con la OPA de Bayer sobre Monsanto, el 60% del mercado estará controlado sólo por 3 compañías. Las semillas suponen la base de la cadena de la alimentación, por lo que cuesta entender cómo las autoridades han permitido tal nivel de monopolización, poniendo en riesgo el desarrollo en investigación así como la transparencia en precios.

¿Financiará Draghi también esta compra? Desde que el BCE comenzara en junio con su programa de compra de deuda corporativa de alta calidad, el coste de financiación de las empresas ha caído en picado, no así los CDS, los cuales vienen a reflejar el sentimiento real del riesgo en las operaciones. El volumen de compras de la entidad monetaria ha ayudado a reducir los spreads en el mercado de deuda, con independencia de si el emisor es candidato a formar parte de la lista de compra o no, por el simple efecto que causa la entrada de un actor muy potente en un mercado bastante ilíquido. Si le añadimos que dentro de las emisiones que ha comprado el BCE se encuentra la que hizo la cervecera AB InBev para financiar la OPA sobre su gran competidora, SAB Miller, el polémico papel que está jugando Draghi en el sector de fusiones y adquisiciones está servido; las empresas, entusiasmadas por el crédito barato, podrían incurrir en peores decisiones de inversión que desembocarían en una bajada de la calidad crediticia de la compañía a bono high yield o bono basura; y luego tendríamos al BCE como principal acreedor de una deuda con alta probabilidad de impago.

Lo que está claro es que el paradigma de los mercados financieros ha cambiado con la crisis que hemos vivido, debido principalmente a la intervención continuada de los bancos centrales. Veremos sus efectos en el futuro.