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Libertad financiera

MUNESH MELWANI, SOCIO-DIRECTOR GENERAL DE CROSS CAPITAL
27/10/2023

Lo primero que debemos tener claro, aunque sea un poco de perogrullo, es que “estamos de paso” por este mundo. En este sentido, se trata de vivir una vida plena, con propósito, y disfrutar por el camino. Para ello, lógicamente hay elementos que contribuyen a este fin, siendo el primero que se nos viene a la cabeza -pero no el más importante- el dinero, si bien resulta esencial contar primeramente con un buen estado de salud y rodearnos de personas a las que queremos y nos aportan.

En cuanto al dinero, o bienestar económico, la principal barrera con la que nos encontramos es la educación financiera, asignatura pendiente en nuestro país, aunque en vías de mejora, pero aún con un largo trayecto por recorrer y por equipararnos a los países de nuestro de la UE y especialmente al mundo anglosajón. Por otra parte, y como consecuencia de lo anterior, no hay cultura de inversión, con vocación de largo plazo, de forma que “el ahorrador pase a ser inversor” aprovechando la magia de la capitalización compuesta. En la mentalidad española, sigue imperando el cortoplacismo, la cultura del pelotazo (actualmente con las criptodivisas), los productos bancarios, que nada tienen que ver con la inversión. Tampoco se le otorga la importancia que merece a la planificación financiera, esto es, fijar con mucha antelación los objetivos financieros según las distintas etapas vitales, e implementar un plan de acción para su consecución y monitorización.

Dicho esto, muchos quieren alcanzar la “libertad financiera”, entendiendo por este concepto tener los ingresos suficientes para cubrir todas las necesidades económicas sin tener la necesidad de seguir trabajando. Este concepto es un poco falaz, pues en realidad de lo que se trata es de acumular un nivel de patrimonio suficiente como para ser dueños de nuestro tiempo y poder decidir qué hacer con el mismo en cada momento, dado que no se puede detener, ni comprar. Pero en realidad, el patrimonio hay que saberlo generar, preservar y hacerlo crecer, y para ello, hay que ponerlo a trabajar de la mano de profesionales.

Hay distintos caminos para alcanzar a este estatus tan deseado, pero centrémonos en la inversión. En este ámbito, hay varios preceptos que debemos tener muy claros para alcanzar nuestros objetivos y ser exitosos. Son enseñanzas y lecciones aprendidas durante décadas en un viaje como inversor profesional y privado, basadas en la experiencia, pero también de estudiar el comportamiento, decisiones y estilos de vida de los principales inversores del mundo:

  • Conocernos a nosotros mismos: nuestra relación con el dinero, nuestro temperamento, nuestros sesgos emocionales.
  • No invertir solo para ganar dinero, sino disfrutar del proceso. Resulta esencial identificar nuestra motivación, debe existir pasión en esta labor.
  • No vamos a ser el próximo Warren Buffet, ni Munger, ni Soros, etc. Pero sí resultan inspiradoras y enormes sus aportaciones, con lo que conviene estudiarlas, pero no copiarlas.
  • Invertir con un riguroso método de análisis y una estrategia, puede resultar un proceso aburrido para mucha gente. Si tras hacer nuestro trabajo, encontramos una idea de inversión que nos emociona tanto como ver a nuestro equipo de fútbol ganar, entonces estaremos disfrutando.
  • No es lo mismo ser inversor particular, que dedicarnos profesionalmente a gestionar el dinero para terceros. Los objetivos pueden no ser los mismos, con lo que idealmente para estar alineados, el que gestiona ha de ser co-inversor con sus clientes.
  • Los mercados (Mr. Market) están ahí para servirnos, no nos instruyen, nos dan precios, lo que debemos hacer es aprovecharnos cuando éstos hacen algo estúpido, según W. Buffet.
  • El mercado representa el consenso, con lo que para ser mejores que él, no podemos pensar ni actuar como el resto. Es la forma de diferenciarnos.
  • Leer mucho resulta clave: podemos aprender mucho de los grandes inversores, pero muchas veces aprenderemos sobre otras facetas distintas, tales como su resiliencia, sus errores, su naturaleza humana, su forma de pensar…, de forma muy vinculada a su éxito en la inversión.
  • Invertir requiere mucha, mucha paciencia.
  • Hagan lo que hagan los mercados, siempre hay oportunidades.
  • No se trata de acertar el mejor momento, sino de estar siempre invertidos.

¿Sabían ustedes que si conseguimos una rentabilidad anual del 15%, duplicaremos nuestro patrimonio cada 5 años? Hagan el cálculo. Sé lo que estarán pensando…qué instrumento da esa rentabilidad: pues se puede generar, especialmente en renta variable, pero a largo plazo. Recuerden, asesórense bien.