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Información Financiera-Pyme

JOHANNA PRIETO Finanzas Corporativas

 

17-07-2016

 

Esta semana se ha conocido finalmente los detalles de una de las medidas estrellas que el Gobierno venía anunciado desde la aprobación en abril del año pasado de la Ley 5/2015, de fomento de la financiación empresarial, que tenía dentro de sus objetivos fundamentales impulsar la financiación de las pequeñas y medianas empresas (pymes), haciendo más flexible y accesible la financiación bancaria, y desarrollando medios alternativos de financiación.

Con la publicación este lunes por parte del Banco de España (BdE) de la Circular 6/2016, de 30 de junio, se desarrolla una de las medidas contempladas en dicha Ley con el objetivo de eliminar las asimetrías de información que dificultan y encarecen el acceso de las pymes a la financiación, como es el denominado documento Información Financiera-Pyme. Con la finalidad de mitigar dichas asimetrías y facilitar el acceso al crédito, el BdE establece el contenido y formato que tiene que tener dicho documento, desarrollando una metodología y modelo-plantilla para la elaboración de un informe estandarizado de evaluación de la calidad del riesgo de cada empresa y/o autónomo, común para todas las entidad financieras. A grandes rasgos, dicho informe además de recoger historial pagador, estado, en su caso, de la situación actual de los impagos, últimos movimientos financieros realizados, deberá incorporar, siguiendo la metodología común definida por el BdE, una evaluación de la capacidad de pago (rating). Adicionalmente, dicho documento incorporará información sobre la posición relativa de la pyme en el sector en el que desarrolla su actividad.

Uno de los aspectos destacables de esta norma es que aquellas entidades que decidan cancelar o reducir la financiación a sus clientes pymes, estarán obligadas a la elaboración y entrega de manera gratuita del citado documento, teniendo que informar a la empresa de dicho ajuste con un preaviso mínimo de tres meses. De esta manera, la pyme dispondrá de tiempo suficiente para encontrar nuevas vías de financiación o para ajustar su gestión de tesorería, anticipando y/o minimizando los problemas de liquidez que el ajuste en el crédito genere. Las entidades financieras también deberán facilitar este informe a bajo coste a cualquier cliente que lo solicite.

Las ventajas teóricas de estas medidas son claras para las pymes, aporta transparencia en la relación con las entidades financieras disminuyendo las asimetrías de información entre el cliente y prestamistas. Ahora bien, el éxito de la misma vendrá determinado por del grado de participación que la pyme pueda tener en la elaboración y contrastes de dicha información. Si bien una parte de la metodología definida se limita a información histórica y análisis de la situación financiera a través de los estados financieros cerrados, la misma no contempla, de manera expresa, la obligatoriedad de incorporar en el análisis las expectativas de negocio y la potencial mejora en la capacidad de pago de las empresas derivada de una mejora en su situación financiera en el corto/medio plazo (incremento de ventas tras este escenario de crisis, resultado de los ajustes e inversiones llevadas a cabo recientemente). En esta línea se ha manifestado la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) demandando la posibilidad de que se les permita a las pymes obtener y contrastar la información relevante que requieren la dirección comercial y de riesgos de los bancos para la aprobación de proyectos de financiación, así como para poder mejorar su calificación crediticia (feed-back previo). De no ser así, será muy difícil sacar adelante con informes favorables a los proyectos de inversión desarrollados por nuevas empresas, así como obtener financiación de circulante para cubrir las necesidades transitorias de liquidez derivadas de un ajuste temporal de los ingresos. Que la pyme cuente con un Plan de Negocio robusto, consistente y validado por expertos en el sector, será clave para que las entidades financieras tengan en cuenta las expectativas en el corto/medio plazo a la hora de evaluar una operación.