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Gestión empresarial cuestionable

AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

04-02-2018

A principios de mes, General Electric (GE) realizó un cargo extraordinario de 6.200 millones de dólares en su división de seguros para el cuarto trimestre. El cargo, según argumenta GE, estaba destinado a pagar a los hogares de ancianos y otra serie de políticas de cuidados de la compañía, al que prevé añadir otros extraordinarios de 15.000 millones durante los próximos siete años, ¿es factible que una compañía cometa un error de cálculo de 21.000 millones de dólares? Estamos hablando de General Electric, un conglomerado de energía, infraestructuras, servicios financieros y medios de comunicación altamente diversificado y presente en más de 100 países. Su logo es uno de los símbolos del capitalismo estadounidense y actualmente ocupa el puesto 13 del Fortune 500.

La semana pasada, GE, anunció que la Comisión Nacional de Valores del país (SEC), estaba investigando las prácticas contables de la compañía –concretamente el apartado de registro de ingresos de contratos de servicios a largo plazo en reparaciones de plantas eléctricas-, y no es la primera vez que reciben este tipo de visitas por parte del regulador. En 2009, The New York Times publicó un artículo en el que comparaba a la empresa con Enron, el gigante energético que acabó en la mayor quiebra de la historia por sus prácticas contables.

La historia de GE parece que comienza con el ex CEO, Jack Welch. Bajo su mando, GE batía con frecuencia las expectativas de beneficio por acción que tenían los analistas en cada presentación de resultados; Welch se ganó el respeto de Wall Street y fue nombrado CEO del siglo por la revista Fortune. Si bien posteriormente se demostró que realmente lo que hacía era mover activos y ganancias entre las múltiples divisiones del grupo para maquillar los resultados.

En 2009, la compañía pagó 50 millones de dólares para resolver las acusaciones de mala praxis contable de la SEC, quien le acusaba de utilizar métodos contables inadecuados para aumentar los números de los años 2002 y 2003. Entre las estrategias que usaba la compañía, estaba la venta de vagones de tren a bancos, con el compromiso verbal hacia éstos de que no perderían dinero… el mismo truco utilizado por Enron en 1999 cuando “vendió” gabarras nigerianas a Merril Lynch, permitiéndole a la compañía fingir un beneficio de 12 millones de dólares.

General Electric es una compañía de 140.000 millones de dólares con una deuda de 140.000 millones que, durante el último ejercicio fiscal perdió 41.000 millones en efectivo. La mala situación financiera de la compañía se debe en parte a que el gobierno tuvo que rescatarla a raíz de la crisis financiera, garantizando todas las deudas de la compañía hasta 2012. Luego, la Fed redujo las tasas de interés y la empresa aprovechó la situación para recomprar sus propias acciones en lugar de reducir la deuda del balance. Este tipo de prácticas son bien recibidas por los accionistas y suele provocar subidas en la cotización que luego aprovechan los directivos de la empresa para vender sus acciones -gran parte del salario de los directivos de Wall Street provienen de opciones sobre acciones- retroalimentando un círculo vicioso; de ahí que la acción haya disfrutado de un periodo alcista hasta finales de 2016.

Las tasas de interés ahora están al alza y la Fed ha comenzado a reducir la cantidad de dinero que ha inyectado en el sistema durante todos estos años, ¿qué pasará con las empresas excesivamente endeudadas como GE cuando, en el vencimiento de su deuda actual tenga que refinanciarse a tipos de interés más elevados? Como diría Warren Buffet, “uno nunca sabe quién está nadando desnudo hasta que la marea baja”.