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Escenarios inflacionistas plausibles en el medio plazo

BORJA DE LA CRUZ, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
18/09/2022

Los mercados han vuelto a tornarse especialmente negativos en esta última semana. Los datos macroeconómicos anunciados el martes que recogían las últimas variaciones del IPC en EE. UU. provocaron el mayor sell-off intradía desde el anuncio de la pandemia. El NASDAQ100 retrocedió un -5,54%, el S&P500 un -4,32% y el Dow Jones un -3,94%. Consiguientemente, el resto de los parqués bursátiles del mundo terminaron también con caídas pronunciadas en los días posteriores.

¿Es el dato de inflación realmente tan malo? La realidad es que los datos anteriores, publicados en agosto, habían cimentado ciertas esperanzas entre la comunidad inversora ya que esa pequeña desaceleración de la inflación conllevaba a pensar en que el ciclo de restricción monetaria acabaría antes. Bien, los datos publicados esta semana, han borrado esas esperanzas por completo y el sell-off atiende al ajuste del riesgo por parte de los inversores.

Dado que la inflación ha aumentado una décima adicional y no parece desacelerarse en estos últimos datos, ¿qué escenarios son plausibles en el corto/medio plazo? Entendiendo la imposibilidad de predecir con exactitud que harán la economía y los mercados financieros, podemos simplificar la respuesta centrándonos en una de las variables clave. Lo que está claro es que, con una inflación que roza el 10% en EE. UU. y lo supera en algunas zonas de Europa, para los bancos centrales aplacar la tasa inflacionaria se ha convertido en un tema reputacional.

Siendo conscientes de que el ciclo restrictivo de política monetaria no acabará hasta que disminuya la inflación, es lógico preguntarse las consecuencias que tendrá en la economía. Una recesión económica parece más que probable. Según estimaciones de Bloomberg, hay un 50% de probabilidades de una recesión económica a un año vista, debido a que el encarecimiento del crédito retrae el consumo, provocando un retroceso económico. Consecuentemente, una recesión económica motivada por una política monetaria restrictiva conlleva a un escenario adverso para:

– La renta fija por ampliación en el nivel de las TIRes (rentabilidades) de los bonos soberanos. La relación de la TIR y el precio del bono es inversamente proporcional, por lo que una subida en una variable conlleva a una caída en la otra.

– La renta variable por la parte de valoración (aumento de la tasa de descuento para los flujos de efectivo) y por la parte de beneficios empresariales, ya que un menor consumo conlleva a unas menores ventas.

La cuestión clave para que el escenario sea el descrito anteriormente, o se dé uno mucho más positivo, es la duración de ciclo restrictivo por parte de los bancos centrales. Si los siguientes datos mensuales del IPC, tanto en EE. UU. como en Europa, muestran desinflación o deflación, esto podría llevar a los bancos centrales a corregir hacia una postura más laxa y favorecería a los activos financieros tradicionales, renta variable y renta fija.

A pesar de que los dos escenarios comentados parecen ser los más plausibles, es increíblemente difícil predecir con exactitud los eventos macroeconómicos. Por ello, siempre recomendamos estar invertidos en compañías de calidad que tengan elevados márgenes para protegerse de la inflación, y con ventajas competitivas para que puedan atravesar los momentos complicados, incorporándolas en cartera, como es lógico, a un precio que ofrezca unos rendimientos potenciales significativos a largo plazo, que es la vocación con la que hay que invertir.