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El veganismo inversor

PUNEET VASWANI,  ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL

09/02/2020

Por todos es sabido que las inversiones tipo que integran criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa) no son sólo una tendencia, sino que han llegado para quedarse. Esto viene contrastado por los datos publicados por la agencia Morningstar del año 2019, en el que se ha marcado un punto de inflexión y dichas inversiones han crecido un 58% respecto al año anterior, alcanzando así los 668.000 millones de euros, por lo que podemos decir que los inversores serán proclives a este tipo de inversiones durante el 2020.

 

Uno de los principales focos de atención, entre otros, es el veganismo y vegetarianismo por sus

rasgos de inversión responsable y, especialmente, medioambientales y sociales. Además, en este grupo podemos integrar a los ya conocidos como flexitarianos. Éstos últimos son personas

que basan su dieta en el equilibrio: siguen una dieta eminentemente vegetariana, pero incluyendo ocasionalmente algunos productos de origen animal. Según el informe “The Green Revolution” elaborado por la consultora Lantern, el número de veggies en España ya ronda los 4 millones de personas, prácticamente el 10% de la población.

 

En todo el mundo hay ya más de 600 millones de vegetarianos y se espera que el mercado de la carne alternativa siga un crecimiento parecido al de la leche de origen vegetal, alcanzando un valor de 10.000 millones de dólares en la próxima década. Esto se debe, principalmente, al cambio de estilo de vida de la población y de la concienciación social. Pero eso no es todo, los estudios apuntan a que en el 2050 no se podrá satisfacer la demanda de alimentos mundial siguiendo los mismos patrones de consumo que hoy. Además, la industria cárnica, junto con la petrolífera, es de las más contaminantes. En este sentido, y con visión de largo plazo, es inevitable pensar que invertir en empresas dedicadas a la producción alternativa de carne podría ser un acierto.

 

En línea con lo anterior, empresas como Beyond Meat o Impossible Foods se presentan prometedoras y su crecimiento puede resultar exponencial. La primera de ellas asegura, a través de un estudio de la Universidad de Michigan, que la producción de carne vegana emplea aproximadamente un 82% menos de recursos que la tradicional. Su plan de expansión abarca varios mercados, entre ellos el europeo, en el que acordó durante el año pasado la producción y distribución de su producto con la empresa cárnica holandesa Zandbergen. De la misma manera, está haciendo pruebas con la cadena KFC en Estados Unidos y con McDonald’s en Canadá, aunque su consejero delegado, Ethan Brown, anunciara que la empresa no está preparada aún para suministrar a una cadena tan grande como McDonald’s. Más allá de este ejemplo, Impossible Foods distribuye sus hamburguesas a Burger King. Si nos ceñimos al territorio español, podemos reconocer esta tendencia vegana con la apertura de numerosos establecimientos dedicados a la comida vegana y el crecimiento de otros. Además, esta semana Nestlé anunciaba la llegada a España de su Incredible Burger, mientras que Lidl España ha anunciado la llegada de la Next Level Burger a sus supermercados. No solo se trata de preferencias alimenticias, sino que se trata asimismo de una actuación humana en línea con la concienciación sobre la emergencia climática.

 

Por consiguiente, es lógico pensar que si las empresas dedicadas a este sector aprovechan el potencial que tienen, podrían ser buenas inversiones a largo plazo que integran criterios ESG, al tener como objetivos un impacto positivo en el cambio climático, teniendo en cuenta las limitaciones de recursos naturales y el bienestar animal. A nuestro modo de ver, surgirán muchas oportunidades de inversión en este ámbito, por lo que conviene seguirlo muy de cerca.