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Por activa y por pasiva

AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

26-06-2016

 

Continúa el goteo en la rentabilidad de los depósitos que ofrecen los bancos a sus clientes; los mejores depósitos, como el que ofrecía Selfbank hasta el 15 de junio con un 3% TAE (ahora 2,5%), continúan decreciendo… y la situación no pinta mejor para los próximos meses, puesto que el Banco Central Europeo (BCE) ha reiterado que los tipos de interés se mantendrán en niveles mínimos al menos hasta marzo de 2017. En el sector ya hay voces que comentan que podríamos ver depósitos al 0% e incluso en negativo, es decir, pagar por depositar nuestro dinero. Esto último es lo que está ocurriendo ahora mismo en algunos bancos de Dinamarca, Suiza y Suecia donde, el caso más sangrante, ofrece una rentabilidad del -1,25%. Ante esta perspectiva, y siempre en función de las necesidades particulares de cada uno, no es de extrañar que esté aumentando la demanda hacia fondos de inversión.

No obstante, a la hora de contratar un fondo, no sólo debemos tener claro cuál es nuestro perfil de riesgo, también debemos decidir cómo queremos gestionar nuestros ahorros: activamente o pasivamente. Esta terminología, aunque pueda resultar confusa, únicamente hace referencia a la forma de elegir los valores que componen un fondo. Tanto la gestión pasiva como la gestión activa presentan una serie de ventajas e inconvenientes; conocer las peculiaridades de cada una es vital para no dudar cuando nos pregunten por una de ellas.

En la gestión pasiva se busca replicar el comportamiento del mercado. El equipo gestor tiene la misión de minimizar las variaciones en el comportamiento de la evolución de la rentabilidad respecto a su índice de referencia; considerándose mejor fondo aquel que lo replique más fidedignamente. Por su parte, la gestión activa trata de batir a un índice de referencia. En este caso, el equipo gestor vela por el rendimiento de las inversiones, ajustando la cartera en función de la coyuntura del mercado y sus previsiones, con el objetivo de superar la rentabilidad media del índice. Numerosos estudios ponen en duda la eficacia de la gestión activa a la hora de manejar nuestras inversiones. Así, según se desprende de un informe de SPIVA, a cierre de 2015, el 84% de los fondos de gestión activa de bolsa estadounidense y el 87% de los fondos de bolsa europea, lo hicieron peor que su índice en la última década.

Las virtudes que presenta la gestión activa no pueden hacernos dejar llevar sólo por los números. La gestión pasiva tiene más sentido en un escenario bajista donde todo cae, pero no cuando todo se hunde a la misma velocidad; en este caso lo mejor es optar por la gestión activa. Apostar por una gestión activa significa que nuestras inversiones estarán permanentemente vigiladas por un equipo especializado que, con independencia de garantizar batir la rentabilidad del mercado, asegura un control profesional de nuestros ahorros. Además, si nuestra inversión es con vocación de retorno absoluto, inversión mixta flexible, con gestión real, donde no se busca simplemente replicar un índice de referencia sino que la labor del equipo gestor va mucho más allá, debemos optar por la gestión activa. A estos efectos, el equipo de Wealth de Cross Capital ha iniciado el asesoramiento de un fondo de inversión, Millennial Fund FI, con vocación de retorno absoluto y abierto a cualquier tipo de inversor (mayorista/minorista).