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Modas y estilos de inversion

MUNESH MELWANI Socio-Director General de CROSS CAPITAL EAFI

 

2-07-2017

 

En el ámbito de la inversión, más concretamente en la gestión de carteras, instrumentalizadas habitualmente en vehículos de inversión colectiva, esto es, Sicavs, Fondos de Inversión y ETFs (Exchange Traded Funds), existen diversos estilos de inversión desde siempre, pero como en cualquier industria, durante algunas temporadas se ponen más de moda unos que otros.

 

Actualmente en el mundo, está de moda la “gestión pasiva o indexada”, representada por la industria de los ETF que ya superan los 4 trillones de dólares bajo gestión, donde los mayores proveedores como iShares (Blackrock), Vanguard, SPDR (State Street) copan el mercado, en el cuál están basados los “roboadvisors” o asesores patrimoniales automatizados, como son en España, Finizens o Indexa Capital, si bien son los exponentes americanos como Wealthfront o Betterment todo un referente a escala mundial, superando varios billones de patrimonio bajo gestión. El motivo del crecimiento de este tipo de instrumentos, no es otro que el de poder replicar lo que hace el mercado a un coste más barato que los fondos de inversión, en los se retribuye “el alfa” a través de la comisión de gestión, esto es, la capacidad del gestor de batir al mercado (índice). En la medida en que los ETFs son réplicas de índices pero en forma de acciones que cotizan en el mercado, las comisiones son mucho menores y además la operativa resulta más ágil. No obstante, dada la enorme oferta, hay que ser muy cuidadoso y selectivo en la elección, por motivos de liquidez y costes.

 

En España, todavía es incipiente este segmento automatizado, pero seguramente evolucionará de la mano de los millennials. No obstante, el estilo de inversión que verdaderamente está de moda es el “value investing”, cuyo máximo exponente nacional es Francisco García Paramés, experimentando y exitoso gestor, exBestinver y ahora CEO y gestor en su propia firma Cobas Asset Management, cuyo libro autobiográfico recomiendo. Su gestora compite con antiguos compañeros incorporados ahora en AZ Valor y con otras como Magallanes. No hago publicidad de las mismas, pero dado el patrimonio captado (varios miles de millones de euros) por éstas en un corto espacio de tiempo, se han de tener en consideración como referencias en la industria de gestión de activos. Lo del value investing no es nada nuevo, consiste en comprar acciones de una compañía a un precio razonable (dado que se estima que el mercado las está infravalorando) y venderlas cuando el mercado ya las ha puesto en valor. En contraposición, está el estilo de inversión “growth”, que en realidad no representa lo contrario, sino que se centra en aquellas compañías cuyo modelo de negocio permite escalabilidad y crecimiento en un menor plazo que compañías de sectores más tradicionales.

 

Lo que sí se ha puesto de manifiesto en los últimos años, es la creciente granularidad que está adquiriendo el sector, con la proliferación de gestoras y otras firmas independientes de servicios de inversión, esto es, no bancarias. Hay muchas más que antaño, algo muy favorable para el inversor final, dado que hay más dónde elegir y los datos demuestran que registran mejores rentabilidades que las gestoras bancarizadas. Además, los gestores suelen invertir su propio patrimonio financiero en los fondos que gestionan, traduciéndose en un mayor alineamiento de intereses, como hacemos nosotros en Cross Capital.

 

¿Cuál será la próxima moda? Posiblemente el “factor investing”, concepto que ha llegado a España de la mano de algunas gestoras extranjeras, pero que es muy antiguo en la esfera académica. Consiste en invertir en función de determinados factores y ha vuelto a la palestra a raíz de la introducción en el mercado de los ETFs llamados de beta estratégica o Smart beta, que aunque sean productos de gestión pasiva, pretenden batir a los índices o bien reducir el riesgo respecto a los mismos. En realidad se invierte en función de múltiples factores, que representan las distintas fuentes de rentabilidad: valoración (value), momentum, tamaño o capitalización, volatilidad, calidad y dividendos. En la práctica, este estilo de inversión es similar al que se suele aplicar en las carteras multiactivos de gestión flexible que tienen un índice de referencia a batir; sin embargo, lo ideal para el inversor final es que tengan una rentabilidad objetivo o retorno absoluto.

 

En conclusión y a modo de recomendación, les diría que no se dejen llevar por las modas. En España y en el mundo hay muy buenos gestores y productos de inversión (generalmente no bancarizados); la dificultad radica en tener identificado el talento y tener acceso al mismo, que es lo que tratamos de brindar.