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Las Socimis se consolidan como vehículo de inversión

JOHANNA  PRIETO  Finanzas Corporativas

 

30-04-2018

Las Socimis se consolidan como vehículo de inversión

Tras el anuncio de compra de Blackstone de la socimi Hispania y las últimas noticias de salidas a bolsa de nuevas socimis, resulta inevitable no dedicarle un espacio a uno de los instrumentos claves del crecimiento del mercado inmobiliario español de estos últimos años.

Simplificando mucho, las Sociedades de Inversión en el Mercado Inmobiliario (SOCIMIs) son sociedades anónimas cotizadas cuya actividad principal es la adquisición, promoción y rehabilitación de activos de naturaleza urbana para su arrendamiento. Su origen se deriva de las REIT (Real Estate Investment Funds) nacidas en EEUU en los años 60, con el objetivo de que las inversiones a gran escala en bienes inmuebles fueran accesibles también a los pequeños inversores, equiparando así la inversión en productos inmobiliarios a la inversión en cualquier otra industria. Si bien en la legislación española se contemplan desde el 2009, no fue hasta el ejercicio 2013 cuando las mismas empezaron a desarrollarse en España tras varios cambios legislativos que simplificaron y flexibilizaron la regulación legal, fiscal y requisitos de constitución aplicable a esta figura societaria, alcanzando su punto álgido desde el ejercicio 2017. Así, de las 44 socimis incorporadas al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) desde 2013, casi un 40% se incorporaron en el año 2017 con un valor de mercado de más de 4.500 millones de euros, estimándose en este ejercicio 2018 la incorporación de 20 nuevas sociedades. Con estas cifras, está claro que el instrumento está en auge, y que posee un gran atractivo tanto desde el punto de vista de la inversión como de la financiación, y que aunque erróneamente se pueda considerar, no está limitado a grandes agentes del sector inmobiliario.

Aislando las transacciones de grandes fondos de inversión y grupos inmobiliarios, son varias las sociedades que han contemplado o contemplan en este ejercicio, separar la propiedad de sus inmuebles de la gestión de los mismos, facilitando la financiación y expansión de la empresa (existe cesión de la propiedad o venta de los inmuebles a la socimi que capta fondos de los inversores) sobre activos tan variopintos que van desde la vivienda a centros comerciales, gasolineras, hoteles y naves industriales, etc. Es decir, a grandes rasgos, cualquier sociedad que disponga en su balance de activos inmobiliarios bajo gestión de este tipo por un valor superior a los 8-10 millones de euros, puede plantearse la posibilidad de constituir una socimi cediendo sus activos a la misma, captando la socimi los fondos de terceros inversores, manteniendo la sociedad la gestión de los activos. Si bien esta operativa se está convirtiendo en un instrumento clave en el sector hotelero en la medida que permite la separación del negocio de gestión hotelera de la propiedad, facilitando la financiación y expansión de las cadenas centradas en la gestión hotelera, destaca el interés de socimis que incorporan otro tipo de activos como centros comerciales y naves industriales. Es el momento de reflexionar sobre esta alternativa por parte de aquellas empresas que planifican crecer adquiriendo nuevos activos para gestionar, o se plantean grandes inversiones en renovación de sus activos para optimizar la gestión de los mismos.