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Ingeniería contable

AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

24-12-2017

Enron Corporation era el primer distribuidor energético a nivel global, con una facturación que superaba los 100.000 millones de dólares anuales y estaba considerada, hasta el 2000, como la mejor empresa de América. Era la más innovadora de la época y la mejor gestionada, todo un ejemplo para las demás. Sin embargo, las cosas se torcieron cuando las autoridades hicieron una revisión de las partidas contables y encontraron deudas y activos fuera de balance, dando la impresión de que la empresa estaba saneada. De los 90 dólares que valía una acción a principios de los 2000, pasó a 1 dólar un año después. En aquel momento, fue cuando se hizo viral el concepto de “ingeniería contable”.

Pues bien, lo mismo parece estar sucediendo ahora pero en otro sector. A principios de diciembre, Steinhoff International, propietario de más de 40 empresas en 30 países y que comprende marcas como Bensons for Beds, Harveys, Poundland/Dealz, Hertz y Conforama, se desplomaba en bolsa más de un 57% tras la dimisión de su consejero delegado, Markus Jooste, por una investigación sobre irregularidades contables.

Steinhoff fue fundada en Alemania en el año 64, pero en 1998 cambió su sede a Sudáfrica tras la compra de la compañía Gommagomma. No obstante, hoy día tiene su sede en Holanda y cotiza en la Bolsa de Frankfurt debido a que sus principales activos se hayan en Europa. Christo Wiese, expresidente de Steinhoff, es considerado en el ámbito de los negocios como el Amancio Ortega de los muebles. Nacido en Sudáfrica, tuvo sus inicios cuando, dirigiendo varias tiendas de ropa del país, decidió adquirir Shoprite, una cadena de supermercados que por aquel entonces disponía de 8 establecimientos. Una década más tarde, y tras un ambicioso plan de expansión, Shoprite se convertía en la principal cadena de alimentación del continente africano.

La estrategia de crecimiento de la compañía siempre se ha basado en la idea de que “el pez grande se come al chico”, por lo que el holding ha crecido gracias a una agresiva política de adquisiciones. Así, en 2016, Steinhoff se hizo con la cadena inglesa Pounland por 610 millones de libras, y con la firma estadounidense Mattress Firm, por 3.800 millones de dólares.

Ahí no acaba la historia, y al escándalo contable se ha sumado el hecho de que al principal accionista y expresidente, Christo Wiese, se le ha pillado “infraganti” en medio de un margin call, al ver cómo su patrimonio se desintegraba en medio del escándalo contable. La liquidación de activos de Weise se produce cuando las acciones de Steinhoff acumulan más de un 93% de caída y después de que los auditores se negaran a cerrar el ejercicio contable de 2017. Y las cosas van a peor, ya que los prestamistas han comenzado a retirar las líneas de liquidez de las que disponía la compañía, alegando el hecho de que aún no es posible evaluar la magnitud de las irregularidades financieras reveladas hace dos semanas.

Mientras tanto, la compañía ha comenzado una liquidación acelerada de sus activos con el fin de obtener liquidez suficiente para proteger sus activos, y ha entrado en la clásica -y acelerada- espiral fatídica del margin call, donde tiene que liquidar cada vez más activos para cumplir con los pasivos. En otras palabras, cuanto más vende, más cae el valor de estos, y más tiene que vender para cumplir con sus obligaciones.

Y aunque tanto la compañía como sus principales accionistas están atrapados en la “espiral de la muerte” que previsiblemente acabará con las acciones de la compañía cotizando a 0 euros, aún no hay noticias acerca de si el Banco Central Europeo que, dentro del Programa de Compra de Activos (APP) adquirió los bonos del holding antes del escándalo, los llegó a vender a tiempo o si aún los mantiene en cartera; los cuales y dada la situación actual, apuntan a que terminarán valiendo… muy poco.