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Financiación no bancaria del Circulante

JOHANNA PRIETO,  FINANZAS CORPORATIVAS

24/03/2019

La primera fuente de financiación que nos viene a la cabeza cuando pensamos en una empresa con problemas de liquidez son las entidades financieras: recurrir a la contratación de una póliza de circulante, abrir una línea de factoring para anticipar el cobro de los créditos con clientes, o incluso la formalización de créditos de impuestos para diferir unos meses el impacto de los mismos, son las primeras alternativas a las que recurren las empresas. Sin embargo, tras varios años, incluso décadas desde su implementación, parece que en estos últimos años, el peso de los bancos como únicos proveedores de liquidez se está empezando a reducir, dando paso a la emisión de pagarés de empresa en el Mercado Alternativo de Renta Fija (Marf) como alternativa para dotar de liquidez a las empresas de mayor tamaño, como evidencian los últimos datos de crecimiento del Marf en el ejercicio 2018. Según datos de cierre, el papel dinamizador del MaRF de nuevas alternativas de financiación empresarial en España ha sido clave en 2018, incrementándose el número de empresas que recurren al mismo para cubrir sus necesidades de financiación tanto a corto como a largo plazo (más de 12 nuevas empresas inauguraron su presencia en el Marf), aumentando en más del 60% el importe de la financiación captada en este último ejercicio.

La emisión a través de un programa de pagarés no es más que un proceso a través del cual las empresas abren una nueva línea para la diversificación de sus fuentes de financiación a corto plazo, recurriendo a inversores “cualificados” o “no” con excedentes de liquidez para financiar sus necesidades. La emisión y registro de los títulos se ha de realizar a través de sistemas y plataformas, como es el caso del Marf, y el plazo y nominal de los títulos emitidos puede ser amplio en base a las necesidades de la empresa.

Son muchas las empresas que ha recurrido a este tipo de financiación, entre las que destacan empresas de diferente dimensión como son los grandes grupos, tales como Gestamp y el Corte Inglés, y compañías de menor tamaño como Vocento, Galletas Siro, el grupo cárnico Jorge o Volotea. Si bien podría pensarse que se trata de un mercado con grandes costes de entrada y para emisiones de gran tamaño, podemos estar hablando de emisiones puntuales de 100.000-500.000 euros a plazos entre 5 días a 18 meses, sobre programas de emisión con saldos vivos de sólo 20 Millones de euros. En lo que respecta a los costes, el tipo de interés a abonar por la empresa dependerá del plazo y calidad de cada emisor, consiguiéndose en muchos casos optimizar los costes respecto a los instrumentos de financiación bancaria. Los costes operativos para la emisión de este tipo de mercados no es el elemento determinante, ya que se han ido flexibilizando las condiciones de emisión de este mercado, eliminando la necesidad de contar con un rating privado que llevaba aparejado un coste aproximado de 25.000-50.000 euros, y aplicando tarifas competitivas por parte del operador de Bolsa (BME), gestor del Marf, que pueden limitarse a 5.000-10.000 euros para una emisión de 50 Millones de euros. No es por tanto una cuestión de costes para las empresas, ya que las ventajas financieras en términos de costes como de amplitud y diversificación de la base inversora son claras, sino de metodología y procedimientos, teniendo que adaptar internamente sus procedimientos de reporte e información de cifras y eventos corporativos a las exigencias de los inversores, desarrollando portales que faciliten la relación con inversores de forma continuada.