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Como un jarro de agua fría

AARÓN RODRÍGUEZ Asesoramiento y Gestión Patrimonial en Cross Capital

 

17-09-2017

No hace un mes que expusimos en este mismo medio las bases sobre las cuales se asientan las criptodivisas y los motivos por lo cuales no se podía considerar un activo refugio. Apenas dos semanas después, el Bitcoin rozaba la cota de los 5.000 dólares para después encadenar una serie de sesiones bajistas auspiciadas por agentes externos que, a fecha de escribir estas líneas suponía una corrección superior al 36%.

El pasado 7 de septiembre, en la rueda de prensa del BCE, uno de los periodistas le preguntaba a Draghi su opinión acerca de la medidas que pretendía tomar Estonia, esto es, emplear la tecnología blockchain para emitir una divisa que le permitiera endeudarse a expensas del euro. La respuesta de Draghi fue tajante: “ningún Estado miembro puede crear su propia moneda”. Es lógico que el BCE se muestre contundente ante la creación de criptodivisas nacionales, después de todo el objetivo primordial del organismo es mantener la estabilidad de precios a través del control sobre la política monetaria de la Eurozona, incluida su oferta monetaria y las tasas de interés.

No obstante la corrección en las criptodivisas viene desde China. Como decíamos en su momento, el principal mercado del Bitcoin es el chino, pues éste permite sortear los controles de capitales impuestos en el país. Ante este hecho, el gobierno tomó la decisión de bloquear las ICO (Initial Coin Offering) el pasado 4 de septiembre. Hasta ese momento, las ICO habían conseguido realizar en China más de 65 rondas de financiación de proyectos con una recaudación aproximada de 394 millones de dólares entre un total de 105.000 participantes. Sin embargo, ahí no acaba la cosa, y es que además se han incrementado los rumores de que el gobierno estaría estudiando la posibilidad de prohibir el comercio de criptodivisas; la semana pasada, un informe de Caixin, una conocida revista empresarial china, sugería incluso el cierre de las casas de intercambio.

Las primeras reacciones no se han hecho esperar y la empresa BTCC, la mayor casa de intercambio de China con un volumen que supera el 80% de las operaciones de Bitcoin, ya ha anunciado que cesará en sus operaciones el próximo 30 de septiembre, después de haber analizado cuidadosamente los recientes anuncios del regulador.

Aprovechando estos acontecimientos, esta semana el CEO (Director ejecutivo) de JP Morgan Chase & Co., Jamie Dimon, declaraba en la NBC que despediría de inmediato a cualquier empleado que supiera estuviera operando con Bitcoin en nombre del banco. Considera que la criptodivisa es un fraude y que la burbuja que se ha creado supera a la de los años 30 del siglo XVII, la tulipomanía. Las redes sociales se mofaron de su visión arcaica del mundo, pero lo cierto es que él solo nombró al Bitcoin, no a la tecnología que la sustenta, blockchain. No obstante, reconoció la utilidad de la existencia de una divisa no controlada por el gobierno en situaciones de férreos controles de cambio, como sucede actualmente en Venezuela; pero volvemos a enfrentarnos a la idea de utilizar el Bitcoin como valor refugio, algo que nosotros descartamos por completo pues, a diferencia de los metales preciosos, las criptodivisas carecen de barreras de entrada y por tanto, de un valor fundamental único. A pesar de lo que se diga, estamos ante una divisa fiduciaria –como podría ser el euro o el dólar- pero con la peculiaridad de estar limitada por el lado de la oferta –la emisión de Bitcoin tiene fecha de caducidad- y en donde cualquier persona con los medios adecuados, puede generarla desde casa. Por nuestra parte, compartimos la visión de que estos eventos no deberían suponer la desaparición del Bitcoin y que, en un futuro no muy lejano, las transacciones bancarias entre el euro, dólar y demás divisas se sustenten en la tecnología blockchain.