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Un verano relativamente tranquilo para el inversor

MUNESH MELWANI, SOCIO DIRECTOR CROSS CAPITAL
29/08/2021

El mes de agosto suele ser un mes movido para los inversores, debido especialmente a un menor volumen de negociación derivado de la ausencia por vacaciones de los que toman las decisiones (y en general del sector financiero), lo que propicia una mayor volatilidad y movimientos más bruscos de las cotizaciones ante noticias económicas, políticas o corporativas.

Pues bien, este verano, las principales preocupaciones han girado entorno al episodio regulatorio del gobierno chino en el que profundizaremos a continuación y al drama que está aconteciendo en Afganistán con la toma del poder por parte de los talibanes y la retirada de las tropas internacionales. Y es que, si bien estamos ante una nueva ola de la Covid-19 por su variante Delta en varios países, aunque con una incidencia dispar según las distintas campañas de vacunación (por edades, tipo de vacuna, calendarios, etc.), la realidad es que, aparentemente, el grado de inmunización mundial que se está alcanzando va surtiendo efecto progresivamente y esto anima al consumo, agiliza la dinámica laboral y por tanto propicia la recuperación económica. Por ilustrarlo de alguna forma: en el 2º trimestre la economía estadounidense creció un +6,6% trimestral anualizado, si bien también la inflación se situó en el 5,4% anual y la tasa de paro se situó 5,4%, acercándose lentamente a los niveles preCovid.

Por su parte, los resultados empresariales han sido buenos, batiendo expectativas a ambos lados del Atlántico, animando a las bolsas a alcanzar nuevos máximos anuales e históricos (exceptuando nuestro IBEX35 y algunas plazas de países emergentes). Los bancos centrales siguen siendo acomodaticios en sus mensajes, si bien, ya la FED este pasado viernes desde el tradicional simposio de Jackson Hole indicaba que el “tapering” (retirada de estímulos) podría comenzar este año reduciendo la recompra mensual de bonos, pero que no tenía prisas para elevar los tipos oficiales hasta que la economía no mostrara la robustez deseada en términos de crecimiento y empleo. Por otra parte, de forma temporal, no les preocupa que la inflación supere su objetivo del 2%, como es el caso. El resto de los bancos centrales han lanzado mensajes similares de que no hay prisas, si bien la FED lleva la batuta.

Respecto a China, a principios de mes nos enteramos de que el gobierno había demandado a Tencent por su aplicación WeChat (el Whatsup chino), supuestamente por no cumplir con las normas que protegen a los menores. Pero el cambio regulatorio no es excepcional, sino que es parte de una estrategia que viene desarrollando el gobierno chino desde principios de año. El pasado noviembre se prohibió la salida a bolsa de la empresa Ant Financial (Grupo Alibaba), se han anunciado cambios regulatorios en el negocio de reparto de comida, en la educación privada, y ha anunciado que quiere ordenar el negocio del “property management” inmobiliario. Se trata de aumentar la capacidad de control del Partido de Xi Jinping, entre otras cosas reforzando la seguridad nacional y garantizando la autosuficiencia y, para ello, necesita mayor control de las empresas de tecnología.

En cualquier caso, no parece que vayan a renunciar a su objetivo de crecimiento económico y siguen necesitando por tanto que el sector privado empuje el crecimiento y la productividad. En este sentido, estos cambios regulatorios no parecen indicar un movimiento estructural sino una tendencia lenta pero inexorable hacia un crecimiento más sostenible, pero a cambio de un control aún mayor. En las dos últimas décadas, a efectos de maximizar el crecimiento y ganar protagonismo en el mapa del capitalismo económico, el gobierno ha sido algo laxo cuando una industria emergente empezaba a despuntar, si bien finalmente han acabado regulándola: lo han hecho con el sector farmacéutico, conglomerados industriales, banca en la sombra, minería y cemento, por no hablar de las leyes anticorrupción.

Esto es lo que aparentemente está ocurriendo ahora con el sector tecnológico. El gobierno chino planea, entre otras medidas, prohibir OPAs estadounidenses a las tecnológicas que usen grandes cantidades de datos sensibles de sus consumidores. Algunas compañías con datos menos sensibles, como las farmacéuticas, se librarían de este veto, aunque el gobierno creará un mecanismo que requerirá a las empresas un permiso ministerial para las OPAs fuera de las fronteras chinas. Además, también planea más reglas para controlar los algoritmos de las empresas tecnológicas que recomiendan videos y otro contenido, afectando directamente a empresas como Tencent, ByteDance o Kuaishou. El borrador, de 30 puntos, prohibiría prácticas que fomenten un alto consumo o adicción al contenido, así como de otras actividades que amenacen la seguridad nacional. Veremos en qué queda todo esto, pero seguimos considerando a China como un destino muy atractivo para invertir, asumiendo eso sí, este componente de riesgo regulatorio.

Teniendo en consideración el contexto descrito, el telón de fondo sigue siendo benévolo para la inversión, si bien no para cualquier clase de activos. La renta variable, de forma selectiva, sigue siendo nuestra favorita. Les deseo que tengan un feliz regreso de sus vacaciones y recuerden, asesórense bien.