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Mirando hacia la recuperación

DAVID MARTÍN, ANALISTA Y ASESOR DE CROSS CAPITAL
Mayo 2021

El turismo es uno de los principales motores de la economía española, donde su aportación al PIB nacional, en el periodo de 2015 a 2019, experimentó un crecimiento compuesto anual del 6,9%. En el final de ese periodo, la contribución al PIB nacional fue del 12,4 %, llegando a emplear de forma directa a tres millones de personas. Además, según la Organización Mundial del Turismo, España fue el segundo país más visitado en 2019, por detrás de Francia, recibiendo casi 84 millones de turistas. En pocas palabras, podemos aseverar sin ningún lugar a dudas, que: i) España es una potencia mundial turística, y ii) el sector turístico es una industria clave para nuestro país.

Ahora bien, la crisis sanitaria, desatada por la propagación de la COVID-19, ha provocado en el año 2020 una drástica reducción de las entradas de turistas en todas las comunidades autónomas. Según datos provisionales del INE, en el año pasado, la llegada de turistas extranjeros se redujo en un 77% en nuestro país. El sector turístico español está siendo gravemente afectado por la situación sociosanitaria en cuanto a niveles de ingresos y de empleo. Por tanto, debido a la gran exposición al sector turístico de la actividad productiva nacional, los principales agentes económicos deben tener la necesidad de considerar esta industria como unos de los principales ejes en la recuperación económica.

En este contexto entra en juego el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el Gobierno de España el pasado 7 de octubre de 2020 y del que ahora se conoce más detalles. Este plan es el instrumento encargado de canalizar los 140.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos NextGenerationEU, de los que alrededor de 72.000 millones de euros se canalizarán a través de subvenciones y el resto, en préstamos reembolsables con condiciones ventajosas. Esta medida de estímulo fiscal europea, además de buscar mitigar el impacto económico y social de la pandemia de la COVID-19, tiene como objetivo aprovechar los retos y oportunidades que surgen de la transición energética y la transformación digital. Por tanto, para el sector turístico español resulta vital hacer un buen uso de estos fondos, que sin duda deberá acaparar una buena parte de estos.

Este programa de choque español se ha construido sobre la base de cuatro ejes transversales: la transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial. El Plan del Gobierno de España se estructura en torno a diez políticas palanca que, a su vez, integran 30 proyectos o líneas de acción. Dentro de estas líneas de acción, el sector turístico estará representado por el Plan de modernización y competitividad del sector turístico (componente 14) que forma parte de la política palanca 5: modernización y digitalización del tejido industrial y de la pyme, recuperación del turismo e impulso a una España nación emprendedora.

El principal objetivo de este plan es la modernización del sector, considerando un modelo más sostenible y digital, impulsando la competitividad a través de la eficiencia energética, la economía circular y en el mantenimiento y mejora de los principales enclaves turísticos. A su vez, busca una mayor incidencia en las inversiones enfocadas en la actividad turística de los territorios extrapeninsulares, muy dependientes del sector, como son las Islas Canarias. El plan centrado en la recuperación del turismo supondrá una inversión pública de 3.400 millones de euros en los próximos tres años, un 4,9% del importe total del plan. Así, según el estudio “The economic impact of tourism in the European Union” el Plan de modernización y competitividad del sector turístico supondrá un impacto total de 6.732 millones de euros en el conjunto del PIB de España, así como la creación de 100.000 nuevos puestos de trabajo.

España no es solo un país para el turismo de sol y playa, donde lidera el ranking de banderas azules, sino también tiene una propuesta cultural e histórica única, con un gran número de ciudades Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por tanto, se dispone de los recursos económicos y el conocimiento, que junto con la recuperación económica que está en camino, deben conformar un ecosistema único para la creación de nuevas oportunidades que no se pueden dejar escapar. Los mecanismos para la colaboración público-privada -que están cogiendo forma – y el proceso de participación de todos los agentes del sector turístico de forma activa, podrían catapultar a España como líder en tecnología turística, teniendo no solo un impacto positivo en la economía, sino también permitiendo generar mayores beneficios para los turistas y para la sociedad española en su conjunto mediante una apuesta firma por la sostenibilidad.