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En qué consiste valorar una empresa

Valoración de empresas

AARÓN RODRÍGUEZ,  ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL

Enero 2020

Una gran parte del trabajo de las finanzas corporativas se centra en la valoración de empresas. Esta es una de las tareas más difíciles de realizar en relación con el análisis de las finanzas de la empresa. Los métodos para valorar la empresa se basan en una mezcla de arte y ciencia, con varias variables involucradas de entrada. El resto, dependerá de la intuición y comprensión correcta de la estimación de parámetros.

Muchas empresas realizan valoraciones profesionales para adquisiciones, fusiones y salidas a bolsa, pero muy rara vez las valoraciones que hacen los analistas sobre la misma empresa coinciden en el valor corporativo.

 Valoración de empresas a través de parámetros clave

Este proceso de valoración pasa por varias etapas e implica una buena estimación de varios parámetros clave. Algunos de estos parámetro son el potencial de crecimiento de la empresa, el importe de los flujos de efectivo asociados al negocio o los factores de descuento correctos. El objetivo de pasar por un proceso de este tipo es lograr una suposición responsablemente formada sobre cuál debería ser el valor teórico de una empresa en función de la información disponible, el balance general y la trayectoria desarrollada en los últimos años. Una buena gestión financiera implica conocer el valor de los activos y el patrimonio de la empresa que está bajo gestión. Por lo tanto, requiere el conocimiento de los métodos adecuados para comprender esos valores.

En general, no existe un consenso sobre cuál debería ser la valoración correcta de una empresa. Desde el punto de vista contable, el valor de negocio de los accionistas viene dado por la diferencia entre los activos y pasivos, pero esto no se corresponde necesariamente con el valor del negocio.

Diferencias de conceptos: “valor” y “precio”

Definición del “valor”

Es importante comprender algunos problemas de conceptos. Especialmente con respecto a la diferencia entre palabras como “valor” y “precio“. Si bien en una conversación informal resta importancia la diferencia, cuando se trata de asuntos económicos y valoración, ambos términos presentan significados diferentes. Así, el “valor” es aquel dato hipotético que se obtiene al modelizar el negocio con enfoque financiero, y representa un punto de referencia. En la mayoría de los casos, diferentes agentes económicos presentan diferentes valoraciones, y en el caso de adquisiciones o fusiones, es muy típico que el comprador y el vendedor se sienten a la mesa con valoraciones diferentes.

Definición del “precio”

En cambio, el “precio” es una cantidad real que puede confirmarse como resultado de alguna transacción. Dicha cantidad coincide con el punto de encuentro entre el precio solicitado y el ofrecido por las partes involucradas en el acuerdo de compra-venta. Podríamos decir, por tanto, que el precio es la consecuencia del valor asignado en términos cuantitativos reales.

Consideremos, a modo de ejemplo, el caso de una empresa que desea entrar en un nuevo mercado mediante la compra de una compañía local reconocida en el mercado objetivo. La valoración de la empresa local por parte del comprador extranjero se centrará en el valor de la marca y su fondo de comercio, pero no tendrá en cuenta la planta, la maquinaria y otros activos materiales, dado que el propio comprador adquirirá sus propios activos. Sin embargo, desde el punto de vista del vendedor, la transacción deberá incluir la suma de todos los activos, tangibles e intangibles, pues él podría continuar perfectamente con su actividad con todos los elementos de su negocio. Por tanto, el paso siguiente, sería alcanzar un acuerdo en precio en el marco de una negociación entre las partes para que se realice la transacción.

¿Para que sirve hacer una valoración de empresas?

La valoración de la empresa no solo es útil para proporcionar al empresario una idea del valor de su negocio. En algunos casos, mostrar un valor corporativo bueno y razonable facilita la negociación de préstamos, en función de la solvencia crediticia. En otros, como cuando se realiza la venta del negocio, la valoración sirve de guía para establecer el rango de precios que se incluirán en el proceso de negociación. Por otra parte, también es de utilidad para los socios, quienes podrían conocer de manera periódica el valor de su participación en la empresa, de cara a una posible venta. Realizar la valoración de manera periódica, ayudaría a evitar litigios costosos en caso de disputa.

En las International Financial Reporting Standards (IFRS, o NIFF en España) se informa de los componentes que caracterizan el valor empresarial. No propone ningún modelo cuantitativo concreto, pero sí una serie de recomendaciones cualitativas. Se pueden resumir en “una valoración sólida se basará en todos los hechos relevantes… sentido común, juicio informado y razonabilidad”.

En realidad, la valoración empresarial tiene su base en el principio capitalista de que los inversores invierten en las empresas por una razón: generar riqueza, normalmente medida en términos de ganancias o beneficios empresariales. Bajo nuestro punto de vista, debiera incluir asimismo su contribución a la sociedad en general.