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La relevancia de la COP26

DAVID MARTÍN, ANALISTA Y ASESOR FINANCIERO
31/10/2021

La transición a una economía baja en carbono es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan todos los países. El año 2015 ha sido clave en esta lucha. Primeramente, en septiembre de ese año, el camino hacia un futuro sostenible se vio plasmado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que establece la Agenda 2030, adoptada por la Asamblea General de la ONU. Estos 17 objetivos reflejan los retos a los que se enfrentan las economías mundiales, y plantean un plan de acción que persigue la mejora del planeta y la prosperidad de las personas. Seguidamente, en el mes de diciembre se celebraría la COP21, en el cual, se pacta el Acuerdo de París, mediante el cual se establecieron las bases de una nueva política climática internacional, en primer lugar, limitando el aumento de la temperatura media global a 2 ºC con respecto a la época preindustrial. Y, en segundo lugar, buscando alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050. Este acuerdo funciona en un ciclo de cinco años donde las partes firmantes presentan las medidas climáticas para lograr esos objetivos.

Este año tendrá lugar la vigésima 6ª edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará del 31 de octubre al 12 de noviembre. El encuentro conocido como COP26 y organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia, tendrá lugar en Glasgow. A la cumbre, en la que participarán 196 países y a los que se le suma la Unión Europea, desde su inicio en 1995 se le ha atribuido que suele generar más interés político que resultados tangibles para conseguir los objetivos climáticos y la lucha contra la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Esta conferencia es una de las grandes referencias mundiales del año y, tras la cancelación de la edición de 2020, cobra aún más expectación ya que resulta la primera reunión de los líderes tras el primer lustro del Acuerdo de París. En esta edición, casi 200 países se reunirán para debatir los objetivos climáticos y, además, abordarán y revisarán los compromisos asumidos 2015. Hoy en día, indiferentemente de su tamaño, 190 países más la Unión Europea han ratificado el tratado, un hito trascendental, ya que por primera vez se firma un acuerdo vinculante en el que todos los países se unen en una misma causa: combatir el cambio climático. Este hecho, claro está, marca el inicio de un cambio hacia un mundo con bajas emisiones de carbono, pero queda mucho por hacer.

En el Acuerdo de París se pidió a las partes que, en 2020, tenían que presentar sus planes de acción climática conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN). En los CDN los países se encargaban de comunicar las acciones a adoptar para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. La ONU ha determinado que el alcance de las propuestas presentadas por los países está lejos de cumplir los objetivos fijados. Sus estimaciones marcan un tono preocupante ya que, si se mantienen los actuales planes, las emisiones globales en 2030 serán un 16% superiores que en 2010. Entre los planes de la UE, de Reino Unido y los EE. UU. se encuentran los planes más ambiciosos, pero estas naciones representan únicamente el 25% de las emisiones globales de carbono.

El reto de la COP26 se encuentra en lograr la colaboración a escala mundial, incluyendo los países que todavía no han presentado sus planes y los que registran mayores emisiones de gases efecto invernadero (como China). Si los planes propuestos por los países son lo suficientemente ambiciosos y comprometidos para lograr las metas del Acuerdo de París, los inversores deben prepararse para afrontar una oleada de iniciativas que seguramente tendrán efecto sobre los mercados financieros. Y es que las emisiones de carbono están dejando de ser un subproducto, para convertirse rápidamente en un coste que penaliza a las empresas, tanto desde el punto de vista económico (se ha encarecido de forma notable el coste de compensar una tonelada de emisiones de carbono), como de imagen. Estaremos atentos.