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La reapertura China

PUNEET VASWANI, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
08/01/2023

China vuelve a la vida tres años después. Vuelve el tráfico a las calles de Pekín y los turistas chinos reservan desenfrenadamente sus vacaciones en el extranjero. Las empresas ya anticipan un repunte de la actividad a medida que la economía china vaya recobrando cierta normalidad, a pesar del último repunte masivo de casos de Covid-19, con decenas de millones de infectados a diario. Con toda la demanda que se ha venido acumulando por más de 30 meses, plataformas de viajes como Trip.com, una de las líderes en su segmento en el país asiático, registró un aumento de sus reservas en +300%, al día siguiente del anuncio de la administración de Xi Jinping de que la segunda economía mundial comenzaba su reapertura. Además, a partir del 8 de enero finalizará la obligación de cuarentena centralizada para las personas llegadas a China, permitiendo a los ciudadanos renovar aquellos pasaportes caducados en estos años.

La gestión del gobierno ha estado sujeta a debate internacional debido a las estrictas políticas Covid-cero impuestas, ya que estas pretendían controlar el virus manteniendo aislado el país, y como consecuencia, ocasionaban una ralentización de las cadenas de suministros globales. Así, en los últimos meses, la tensión ha ido acrecentándose con las protestas de la población, que ya llevaban mucho tiempo enfrentándose a test masivos de forma recurrente y a la privación de la libertad, como consecuencia de una gestión inoperante por parte del gobierno central y de unas vacunas nacionales más bien ineficaces vs las desarrolladas en Europa y EE. UU. El principal problema ha estado en el deseo de “erradicar” estrictamente el Covid, cuando el objetivo debería haberse centrado en lograr convivir con el virus, de forma progresiva y escalonada, con vacunas efectivas, tal y como se ha llevado a cabo en el Viejo Continente o en América.

Sin embargo, esta reapertura, como es lógico, conlleva una serie de retos por parte de los países destino de los turistas chinos, que comenzarán a viajar en masa, tal y como lo ha venido haciendo el resto del mundo desde mediados de 2021. Uno de estos retos es el control de los positivos por parte de los destinos elegidos por la población china. El otro de ellos, es la recuperación de cierta normalidad en las cadenas de suministros sin que China se encuentre aislada del mundo, puesto que hasta ahora la producción y posterior exportación ha estado limitada, haciendo mella en el PIB del país (+3% interanual hasta el tercer trimestre de 2022 vs objetivo de +5,5% interanual para el conjunto del año). Por último, y aún no cuantificable, el consumismo chino podría ejercer algo más de presión sobre la inflación a nivel global, a medida que se va recuperando dicha normalidad de forma progresiva.

En este mismo sentido, resulta de especial importancia el turismo chino para el resto de las economías, especialmente para aquellas sensibles y dependientes del turismo. Datos recogidos por McKinsey muestran que, antes de la pandemia, China era el mayor emisor de turistas extranjeros del mundo, con 150 millones de viajeros al año. Desde las agencias de viajes chinas, según recogen en el Financial Times, se están buscando acuerdos con agencias extranjeras para lograr una ventaja competitiva una vez se reabran las fronteras, esperando un boom de viajes, coincidiendo además con el año nuevo lunar que comienza el próximo 22 de enero.

Para poner estos datos en perspectiva, en 2019 llegaron en torno a 700.000 turistas chinos a España, gastando una media de 2.400 euros por persona, según los datos oficiales basados en las encuestas realizadas por el INE. Esto supone un gasto real de estos turistas, en territorio español, de unos 1.100 millones de euros. Recuperar y aumentar progresivamente esta cifra de turistas resultaría, sin duda, positivo para los “países receptores” de este turismo. Aunque, sin duda alguna, deberían ser acogidos garantizando unas medidas de seguridad mínimas. La afluencia de turistas potencialmente portadores del coronavirus ya ha llevado a países como EE. UU., Japón, India, Italia o España, a exigir resultados negativos en tests Covid a la llegada de los turistas chinos. Esto es sumamente importante de cara a garantizar la vigilancia y la detección de posibles variantes del virus.

Con la política de Covid Cero que ha perjudicado a la macro y al comercio en el país, la bolsa china también se ha visto lastrada, aunque en gran parte por el intervencionismo estatal sobre compañías globales y sectores estratégicos. Ahora con la reapertura económica, una política monetaria no restrictiva y una relajación de las medidas de control empresarial, parece que sectores muy castigados como el tecnológico podrían experimentar brotes verdes.