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La FED no pivota de momento

PUNEET VASWANI, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
06/11/2022

En los últimos meses, hemos estado sometidos a la retórica de los Bancos Centrales y sus “QT” (Quantitative Tightening, por sus siglas en inglés) en las que los mercados e inversores han estado pendientes de las noticias relativas a las decisiones sobre los tipos de interés, así como a los mensajes que se han venido lanzando entre líneas en las ruedas de prensas posteriores. El ritmo del año ha estado marcado por estos eventos monetarios, muy dependientes de la inflación y de la evolución de la geopolítica internacional. Curiosamente, este año la interpretación de los datos macroeconómicos que se han venido publicando ha sido la de “buenas noticias, se convierten en malas noticias”. ¿Y esto por qué? Pues debido a que datos, como el de una tasa de paro en niveles históricamente bajos o unos datos de empleo sólidos, suponían que la FED continuaría en tono hawkish respecto a la política monetaria.

Durante el mes de octubre los principales bancos de inversión y gran parte de la comunidad inversora impulsaron los mercados con subidas durante todo el mes, a la espera de un posible ‘pivoteo tras las decisiones de tipos de los Bancos de Canadá o Australia, en las que anunciaron ya una desaceleración en cuanto a la subida de tipos. El mensaje de Powell ha ido evolucionando a lo largo del año, y una vez más, el pasado miércoles fue contrario a lo que anticipaba el mercado: “Queremos asegurarnos de no aflojar nuestra política monetaria demasiado pronto”, “No tenemos la sensación de que la inflación esté bajando”, “La previsión sobre la inflación es cada vez más desafiante”, o “La ventana para un aterrizaje suave es más pequeña, pero es posible”. La lectura de estos mensajes por los inversores llevó a caídas del -2,50% para el S&P500 y del -3,36% para el NASDAQ100 el miércoles, día en el que se tomó la decisión de una subida de 0,75p.b., la cuarta subida consecutiva de este calibre en lo que va de año, llevando los tipos a su nivel más alto desde finales de 2007. Ya hemos comentado anteriormente que se trata de la subida de tipos más rápida – y por ende, agresiva – de la Reserva Federal, y que los mensajes lanzados por su presidente no auguran un futuro sencillo, puesto que el tipo terminal se encuentra ya por encima de las previsiones iniciales (>5%) y se alargue el período de subidas durante más tiempo del estimado, dado que la inflación está siendo más ‘pegajosa’ de lo que se esperaba inicialmente.

Entonces, ¿cuál es el panorama que nos espera en los próximos meses en la Bolsa? Resumidamente, podemos asumir dos hipótesis: una, en la que la subida de tipos propicie una recesión técnica, pero en la que la economía real no sufrirá en exceso y se recuperará rápidamente; puesto que el panorama de las familias y empresas podrán digerir una mejor gestión de sus ahorros/estructura de capital de las empresas. Por otra parte, podemos asumir la hipótesis en la que el aterrizaje suave se torne imposible, y las subidas de tipos propicien una recesión profunda y duradera, con tipos terminales más altos de lo esperado y decrecimiento prolongado durante varios trimestres. En este caso, esta dura recesión frenaría la demanda, lo cual resultaría en una inflación ya controlada por este freno.

Sea como fuere la hipótesis que finalmente se dé, es trascendental tener una filosofía de inversión a largo plazo, en las que invirtamos en compañías de calidad, con balances sólidos, visibilidad de flujos de caja y MOATS significativos, puesto que únicamente así podremos ir ponderando nuestras posiciones para que resulten en una rentabilidad media anualizada adecuada al final de nuestro horizonte temporal.