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Fondos de Fondos

PUNEET VASWANI, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
Agosto 2020

En un país como España, donde la educación financiera y conocimiento sobre los ahorros es escasa, más de un 40% de los ahorros se encuentran aún en cuentas a la vista y depósitos. No obstante, para entender porqué es ineficiente que miles de millones no estén invertidos, hemos de entender qué es el ahorro y porqué es necesario, así como la transformación de ahorrador a inversor.

Técnicamente, el ahorro es la parte de la renta disponible de un individuo que no es gastada en bienes y servicios. De una manera más sencilla, realmente se trata de renunciar a una parte del consumo actual por un consumo futuro. Si tenemos en cuenta la tasa de ahorro en la zona Euro, estamos a la cola: el promedio de ahorro en España (desde el año 2000) está en el entorno del 9% reduciéndose año tras año, en contraste con países como Alemania, Países Bajos o Francia, cuya tasa media se sitúa en el rango 13-17%.

Ahora bien, con el fin de mejorar nuestros ahorros a futuro, especialmente en un entorno de tipos cero o negativo y en un país en el que la esperanza de vida alcanza los 90 años, resulta imprescindible la transformación de ahorrador a inversor. Cabe destacar que tener el dinero en cuenta corriente, no nos protege ante el impuesto oculto sobre el ahorro: la inflación. No invertir implicará perder poder adquisitivo a lo largo de los años respecto del dinero ahorrado, es decir, se necesitará más dinero para comprar lo mismo. Y aparte del riesgo inflacionista, ¿para qué invertir? Pues, dado que ahorramos para la consecución de objetivos personales y la planificación de nuestra jubilación, hemos de tener en cuenta que invertir supone una protección contra riesgos personales inesperados, nos ayudará a pagar los estudios de los hijos y nos permitirá asegurar un determinado nivel de renta futuro.

En cualquier caso, antes de tomar decisiones, cualquier ahorrador debe analizar: la finalidad de su inversión, la rentabilidad esperada, el horizonte temporal, y su capacidad para asumir riesgos. Todo ello configurará su perfil de riesgo, que puede ir desde uno más conservador hasta uno más tolerante al riesgo.

Una vez definido este perfil, el inversor podrá invertir en diversos productos financieros, aunque lo más conocido en nuestro día a día siga siendo la compra de acciones de una empresa en particular. No obstante, lo más aconsejable es iniciarse invirtiendo a través de vehículos de inversión colectiva, principalmente los fondos de inversión y los planes de pensiones.

Entre éstos, hay multitud de tipos de fondos y planes. Si nos centramos en los primeros, hoy en día existen muchas formas de clasificarlos en relación con diferentes criterios, sin embargo, en este caso los clasificaremos según su vocación inversora, haciendo mención especial a los Fondos de Fondos y sus ventajas:

  • Fondos ordinarios. Son aquellos que invierten manteniendo una exposición definida por folleto (rango, límites en %, etc.) en activos de los mercados monetarios, renta fija, renta variable y/o derivados. 
  • Fondos cotizados o IIC de gestión pasiva. Los Exchange-Traded Funds, o más conocidos como ETFs, son un tipo de fondo que replican a un índice subyacente. Cotizan en bolsa y se negocian como si de acciones se tratase. Son fácilmente negociables y líquidos.
  • Fondos garantizados. Como su propio nombre indica, garantizan, en una determinada fecha futura, la conservación del capital invertido. Pueden ser de garantía total o parcial, así como de rendimiento fijo (asegura la inversión más un rendimiento fijo) o variable (asegura la inversión más una posible cantidad vinculada a los instrumentos de renta variable).
  • Fondos de retorno absoluto. Este tipo de fondos tiene un objetivo de gestión en términos de rentabilidad absoluta. Sigue técnicas de gestión dinámica.
  • Fondos de inversión libre (Hedge funds). En este tipo de fondos, se invierte de manera libre, esto es, en una variedad de productos complejos como los derivados y estructurados. Utilizan una estrategia múltiple, posiciones tanto cortas como largas, compran y venden acciones, bonos, convertibles, productos básicos y derivados para generar un mayor rendimiento sin asumir un excesivo riesgo. El hedge fund busca coberturas ante la volatilidad de los mercados utilizando inversiones alternativas, además de generar rendimientos positivos en cualquier entorno de mercado.
  • Por último, encontramos los Fondos de Fondos. En este caso, la cartera del fondo está compuesta, a su vez, por otros fondos de inversión. Es decir, no se invierte directamente en valores de renta fija o variable, sino de manera indirecta: en fondos que tienen vocación inversora compuesta por esas inversiones directas, tanto en renta fija, como variable, divisas, materias primas, etc.

La decisión de invertir en un Fondo de Fondos tiene una serie de ventajas que lo diferencian del resto de fondos de inversión:

  1. Una mayor diversificación y acceso a distintas clases de activos financieros en el que los inversores puedan tener una amplia exposición con un riesgo asumible, más controlado, en comparación con los fondos que invierten directamente en valores.
  2. Una gestión dinámica a un coste razonable. La principal ventaja de esto es que, si la gestora de nuestro Fondo de Fondos diversifica y asigna activos correctamente, los partícipes tendrán acceso a los mejores gestores del mundo en cada clase de activo, lo que comúnmente se conoce como los best-in-class.
  3. Además de todo ello, el equipo gestor realiza un riguroso trabajo de selección de fondos en cada clase de activos. Tomando como ejemplo la metodología contrastada durante más de 20 años en Cross Capital, contando con un universo de análisis de más de 30.000 fondos y ETFs, se seleccionan los mejores para diseñar nuestras Carteras Modelo y Fondo de Fondos, aplicando nuestros criterios de selección cualitativos y cuantitativos.
  4. Permiten un doble filtro. La mayoría de los Fondos de Fondos requieren de un procedimiento formal, conocido como Due Dilligence para los gestores de dicho fondo y de los fondos subyacentes (doble filtro). Así, se comprueba la metodología de análisis y selección, sistema de control de riesgos, los antecedentes y experiencia de los gestores, etc., lo que se traduce en una mejor protección al inversor.

A la hora de elegir el Fondo de Fondos, se tendrá que analizar el histórico de su rentabilidad frente a productos comparables (bancarios), y se podrá comprobar que es determinante en este sentido el carácter independiente de la firma que asesora o gestiona el Fondo.