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El peor año para las pymes

CRISTINA JEREZ, MARKETING Y DESARROLLO DE NEGOCIO
20/12/2020

Un país de bares es lo que, en más de una campaña publicitaria y en el imaginario popular prevalece. No es de extrañar, 1 por cada 175 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística, nos convierten en líderes mundiales en establecimientos gastronómicos. No cabe duda de que los bares forman parte de nuestra cultura popular. Más allá de los tópicos, este dato señala la relevancia del sector hostelero en España, impulsado en gran medid por el turismo. Pero, ¿qué será de negocios como nuestros bares, si no pueden realizar su actividad principal con normalidad?

No cabe duda de que la pandemia ha afectado a todos los sectores de la economía de nuestro país. En el sector restauración, la facturación ha caído un -34,8% según datos de Hosteleros de España. En concreto, los bares han sido los más perjudicados. Se estima que podrán cerrar en torno a 50.000 en 2020, más del doble que en la última década. Aunque el home delivery ha ayudado a muchos establecimientos de restauración a salir a flote, es obvio por los datos de facturación, que no llega a compensar los ingresos de la actividad física. Aunque los factores para ello son muchos (menor turismo, menor importe de los pedidos, logística en espacios rurales, …), no podemos olvidarnos de una cuestión fundamental: muchos bares son negocios familiares y micropymes con menores recursos.

Lo cierto es que el tejido empresarial en España y, por extensión, de Canarias, está seriamente dañado por la Covid-19, no solo en el sector hostelero y turístico. En España, el 99,83% de las empresas son PYMES, el 98,99% tiene menos de 50 empleados, el 93,86% son mycropymes (menos de 10) y el 55,23% no tiene asalariados. La vulnerabilidad de las pequeñas empresas ante una crisis como la actual es evidente, así como la necesidad de recursos y ayudas para la supervivencia de éstas. A principios de diciembre, el Banco de España, arrojaba datos escalofriantes para las empresas no financieras españolas, con una reducción del beneficio de un 71% en los tres primeros trimestres de 2020. En el peor de los escenarios que baraja, en 2021 el 20% de las empresas serán insolventes, esto es, la incapacidad de afrontar sus deudas por sí mismas, y un 10%, serán inviables, con resultados negativos a largo plazo.

Si bien se ha hablado mucho sobre el desarrollo de las vacunas y su efecto positivo en la recuperación de la economía (un hecho innegable), éstas no comenzarán a administrarse en España hasta enero. Mientras, la Covid-19 sigue rebrotando, aquí y allá, paralizando o, reduciendo la actividad de las empresas y equilibrando la balanza hacia el peor de los escenarios propuestos por el BdE. Para las empresas de Canarias la situación es especialmente preocupante. Como ya es de sobra conocido, el 35% del PIB canario depende del Turismo, un sector que, a nivel nacional, según el Banco de España, podría tener hasta un 30% de empresas insolventes el próximo año. El reciente nuevo veto de UK y Holanda, junto con las importantes restricciones de Alemania y el cierre perimetral de Tenerife, presionan aún más la economía de nuestro Archipiélago.

En Canarias, los concursos de acreedores ya se han visto notablemente acrecentados, un +84,6% interanual en noviembre (24 procesos), mientras que son 3.633 las empresas que ya han desaparecido en 2020, según datos del ISTAC. Ante tal panorama, son más que necesarias las medidas que ataquen directamente la problemática de la solvencia de las pequeñas y medianas empresas. Si bien los ERTE han sido una de las medidas estrella del Gobierno (ERTE que, por lo pronto, no están contemplados en los Presupuestos Generales del Estado más allá de enero de 2021), y se han activado, asimismo, préstamos ICO para aumentar la liquidez, es el momento de pensar a más largo plazo. Es una preocupación generaliza, respaldada, además, por el Registro de Economistas de Asesores Fiscales (REAF), quienes el pasado mes de noviembre solicitaban precisamente medidas urgentes para paliar la insolvencia, donde facilitar la reestructuración de la deuda es vital.

A poco más de cuatro días para Navidad, y con el fin del año a la vuelta de la esquina, solo cabe esperar que la llegada de las vacunas en 2021 venga acompañada de un control más eficaz de la pandemia, para evitar la propagación descontrolada del virus que, junto con controles más exhaustivos, permita evitar el peor de los escenarios posibles, aunque para muchas empresas sea tarde.