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La IA protagoniza el nuevo ciclo de los mercados

JORGE BAUER, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL

28/09/2025

Ya no resulta extraño para nadie afirmar que la inteligencia artificial se ha consolidado como uno de los principales motores de la economía mundial, a la vez que ha intensificado la competencia entre las grandes compañías tecnológicas, las startups o incluso los gobiernos, haciendo que éstos se encuentren inmersos en una carrera por su liderazgo mediante inversiones multimillonarias y alianzas estratégicas destinadas a capitalizar el enorme potencial que esta tecnología pretende ejercer en nuestras sociedades.

En las últimas semanas, este fenómeno se ha vuelto a hacer más que visible debido a una serie de grandes anuncios de operaciones corporativas en gran parte del mundo desarrollado. En Europa han destacado dos operaciones: la inversión de ASML por importe de 1.300 millones de euros en la compañía de francesa Mistral AI para el desarrollo de soluciones basadas en inteligencia artificial, y la ronda de financiación de la empresa británica, Nscale, que logró recaudar 1.100 millones de dólares.

En Estados Unidos el número de acuerdos supera a Europa con creces. Entre ellos, cabe destacar la multitud de acuerdos alcanzados por la compañía OpenAI, creadora de Chatgpt, quien ha cerrado acuerdos estratégicos con proveedores de computación en la nube como CoreWeave y Oracle, además de proyectos de construcción de centros de datos. A esto se suma los planes de inversión de Nvidia, quien podría invertir hasta 100.000 millones de dólares en OpenAI. También han protagonizado titulares Google, Amazon y Anthropic, con nuevos desarrollos en IA generativa, mientras que han circulado rumores sobre conversaciones preliminares entre Intel y Apple para explorar posibles colaboraciones.

En Asia, la dinámica tampoco se ha quedado atrás: por un lado, en China, ha llamado la atención Alibaba y Tencent con varios planes de inversiones conjuntas en startups y desarrollo de infraestructura de IA. Por otro lado, en Japón, SoftBank ha acelerado su apuesta en la construcción de centros de datos y la financiación de empresas emergentes vinculadas a la robótica.

Al mismo tiempo, este desarrollo en Inteligencia artificial no se ha limitado solo al sector privado, sino que gobiernos de todo el mundo también se han sumado a esta ola con el fin de facilitar su desarrollo mediante programas de incentivos fiscales e inversiones directas, apoyo masivo a la IA generativa y la computación cuántica e incluso la creación de fondos soberanos multimillonarios para captar proyectos internacionales de inteligencia artificial, como ha sido el caso de Arabia Saudí y Emiratos Árabes.

Todo este flujo de capital, acuerdos y programas de subsidios en Inteligencia artificial ha alimentado las expectativas de los inversores sobre su potencial, influenciando así este nuevo ciclo de mercado en el que nos encontramos actualmente. En este sentido, el desarrollo de la IA no solo está impulsando al sector tecnológico, sino que tal y como ocurrió con el desarrollo del internet hace varias décadas, la IA se encuentra prácticamente ya en todas las industrias como la infraestructura, la salud, las finanzas o la energía, revalorizando compañías bajo la promesa de reducción de costes, generación de ingresos y mejoras de productividad.

Todo ello ha hecho que los mercados actualmente reflejen un gran entusiasmo con respecto a múltiples compañías relacionadas con la IA. En este sentido, la historia recuerda que, durante la burbuja tecnológica del año 2000, bastaba añadir el sufijo “.com” al nombre de una empresa para disparar su cotización, incluso sin que detrás de ésta existiera un modelo de negocio sólido que justificara el precio pagado; en un futuro, la palabra “IA” podría correr el riesgo de cumplir ese mismo papel si no se acompaña de métricas financieras y resultados materiales.

Como siempre decimos, en la inversión es clave mantener siempre una combinación entre raciocinio y disciplina, a la vez que se controlan las emociones y los impulsos. Por ello, es importante recordar que más allá de la narrativa tecnológica, resulta imprescindible analizar la capacidad real de las compañías para generar caja, la sostenibilidad de sus márgenes y el valor efectivo que pueden capturar de esta nueva ola de innovación. Asimismo, es conveniente entender qué parte del crecimiento proviene de expectativas y qué parte es material, para así, no pagar precios desproporcionados en un mercado donde la euforia y la cautela conviven a partes iguales.