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5G: un hito tecnológico más

PUNEET VASWANI, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL

18/10/2020

La última compañía en sumarse a la ola del 5G ha sido la norteamericana Apple con la presentación de su iPhone 12 5G a principios de esta semana. La expectativa generada por su lanzamiento hizo que la acción registrara un +6,35% en la sesión del lunes, fruto de las esperanzas puestas en su nuevo buque insignia. A efectos de comprender esta expectativa, debemos entender primero de qué se trata esta nueva realidad del 5G y por qué supone mucho más que una nueva tendencia. Entender las implicaciones y formas en las que esta tecnología volverá a transformar nuestras vidas, su papel en la aceleración del proceso de digitalización y las formas en las que se implantará en los próximos años, son claves para orientar las inversiones en el mundo tecnológico.
El 5G es una tecnología de quinta generación de red inalámbrica, hasta 100 veces más rápida frente a la actual red 4G, además de multidispositivo a gran escala. Cabe destacar, además, que las redes 5G aún están en sus inicios, teniendo un enorme potencial de cara al futuro. Entre los beneficios principales que nos traerá, está la velocidad, un mayor ancho de banda que se traducirá en la utilización de más dispositivos conectados que las anteriores redes. Por ejemplo, el 5G permitirá que no se den servicios irregulares en áreas concurridas, como puede ocurrir en la City de Londres, estadios de fútbol, conciertos, etc. Además, permitirá una transformación tecnológica en la transición hacia coches de conducción autónoma, entre otros. En cuanto a la latencia, que es el tiempo que los móviles tardan en realizar una solicitud desde un servidor y obtener respuesta, se reduce prácticamente a cero, mientras que la comunicación con plataformas en la nube estará totalmente integrada, siendo rápida y sencilla.

Para la implementación de esta nueva tecnología que, como hemos visto, supondrá un verdadero paso adelante en el proceso de digitalización de diversos sectores, será necesario adaptar las infraestructuras existentes. Las redes 5G funcionan a través de nuevas frecuencias de radio, lo que requiere adaptar y actualizar las torres de radios y resto de equipos. Desde una óptica económico-financiera esto supone dos hechos relevantes. Por un lado, industrias de distintos sectores se beneficiarán de la implantación de dicha tecnología, si bien, respecto a los tiempos, las nuevas redes no llegarán de manera tan inminente como esperábamos. De hecho, mientras en EE. UU., las firmas Verizon y AT&T han comunicado que están ya ultimando pasos, los expertos sugieren cautela. En España, las cuatro principales operadoras (Teléfonica, Orange, Vodafone y MásMóvil) ya ofrecen sus primeros servicios comerciales al respecto. Otras compañías de diversos sectores como semiconductores y chips, así como infraestructuras y de IT, se beneficiarán de ello también.

Teniendo en cuenta lo anterior -los sectores involucrados, las distintas regiones geográficas, reparto sectorial y análisis de tendencias-, la consultora Grand View Research publicó un estudio en el que estimaba para este año 2020 que el mercado de servicios 5G en todo el mundo alcanzará los 41 billones de dólares, con un CAGR (tasa de crecimiento anual compuesto) del 43,9% del 2021 al 2027, alcanzando así unos ingresos estimados en el 2027 de 414,5 billones de dólares. Por países, EE. UU. lidera actualmente el mercado, con un 34,4% de cuota, dada la gran inversión aportada por las compañías telefónicas en el país norteamericano, donde invirtieron alrededor de 250 billones de dólares en infraestructuras entre 2010 y 2017.

En calidad de usuarios y consumidores tecnológicos, nuestro día a día cada vez es más frenético, por lo que la tecnología 5G nos facilitará la vida en muchos ámbitos: descargas en cuestión de segundos, conexiones más estables, conectividad más estable en las grandes urbes, utilización de coches con conducción autónoma y un largo etcétera de ventajas. Lo que está claro es que la 5G supone un hito en la disrupción tecnológica en la que estamos inmersos, con lo que, desde el punto de vista de la inversión, conviene estar invertidos en aquellas compañías que lideran este cambio y en otras cuyo negocio se verá catapultado por esta tecnología, lo cual supone ser muy selectivos y asesorarse bien.