Contáctenos: +34 922 098 062

Punto de inflexión en las políticas monetarias

BORJA DE LA CRUZ, ASESORAMIENTO Y GESTIÓN PATRIMONIAL
07/11/2021

Desde la gran crisis financiera del 2008, se ha creado un entorno de tipos de interés y de políticas monetarias ultra laxas que parecía que en los últimos tiempos se iba disipando para dar paso a un endurecimiento de éstas. Sin embargo, en 2020 la crisis económica causada por la COVID-19, azotó el mundo y los bancos centrales tuvieron que sacar a relucir todo su arsenal de nuevo para apoyar a sus respectivas economías, acciones complementadas por las políticas fiscales de los distintos gobiernos.

Ahora bien, los mercados llevan tiempo preocupados por los recientes elevados datos de inflación auspiciados especialmente por la sobredemanda derivada de la recuperación, traducida en cuellos de botella formados en las cadenas de suministro y por el alza de los precios en las materias primas energéticas, entre otros motivos. Esto ha hecho que la comunidad inversora esté pendiente, con especial interés, a las intervenciones y acciones de los bancos centrales de todo el mundo, especialmente los más determinantes: la FED, el BCE, el BOE y el BOJ.

La palabra transitoriedad ha marcado, en los últimos tiempos, las intervenciones de la FED y el BCE ya que afirman que el enorme repunte de la inflación se debe a un episodio coyuntural en el tiempo. No obstante, en EE.UU. se ha alcanzado el nivel deseado de empleo por la FED y se ha visto que la economía norteamericana ha crecido robustamente, por lo que este banco central ha sido la primera institución en anunciar formalmente el tapering,  esto es, la retirada progresiva de los estímulos. Básicamente consistente en la recompra de títulos de deuda pública y privada (corporativa) y activos con garantía hipotecaria (MBS por sus siglas en inglés). La recompra de estos títulos están planteadas para facilitar la liquidez y el crédito a las empresas y familias. Estos estímulos estaban planteados para que se comprase un volumen de $120.000 MM en estos títulos, dividido en $80.000 MM en bonos y $40.000 MM en MBS. Con el anuncio del tapering, el presidente de la FED, Jerome Powell, anunció que se empezaría retirando unos $15.000 MM en el mes de noviembre, siendo unos $10.000 MM en bonos y $5.000 MM en activos con garantía hipotecaria. Repitiéndose el proceso en el mes de diciembre también.

El mercado esperaba este anuncio, una incógnita menos, con lo que lo celebró con ganancias. El motivo de esta reacción es que la comunidad inversora entiende que el banco central ha dado un paso hacia el endurecimiento de su política monetaria y, por lo tanto, tendrá la inflación más controlada. Sin embargo, Powell afirmó que aún es pronto para la subida de tipos de interés, ya que la FED estima que la recuperación del mercado laboral aún no es plena, pese a que admitió que la inflación estará por encima del objetivo del 2% a largo plazo y esto afectará al ahorro familiar. El mercado descuenta que la primera subida de tipos se produzca durante el 2022 tras finalizar el proceso del tapering.

Es probable que, en el ámbito de gestión de carteras, este anuncio reafirme una rotación hacia sectores más tradicionales de corte value (industriales, financieros, etc.) y los flujos de inversión se alejen de los sectores de alto crecimiento (tecnología) ya que el endurecimiento de la política monetaria encarece el coste de endeudamiento de las empresas y además hace menos previsibles los flujos de caja/resultados a futuro.

Desde Cross Capital, creemos que, abogando siempre por una gestión activa, un seguimiento continuo y la apuesta por compañías que generan valor, es decir, negocios de calidad, con ingresos recurrentes, poca deuda, fuertes barreras de entrada, capacidad de fijación de precios, entre otros parámetros, aportará resiliencia a nuestras carteras ante este tipo de eventos económicos.